EL NOMBRE
Símbolo de Identidad
Apenas un pequeño ensayo para empezar a hablar del tema
“No pronuncies su
nombre”. Es algo que se escucha con frecuencia. Generalmente esta expresión se
dirige hacia alguien que no tiene nuestra benedicción. A alguien que nos hizo algún daño, o
simplemente por nada específico.
El nombre de una persona
es sagrado para muchos grupos humanos, y de lo que me tocó aprender, también lo
es para varios pueblos o todos los pueblos indígenas del Paraguay. La comunidad
Ache de Ypetimí me ha dado un nombre, es un
gran honor, y en ese momento, me
han recordado que sólo los integrantes de esa comunidad y yo lo sabemos.
Pero esta cuestión de
cambiar nombres para colocarlo en español es propio de la colonización
española, forma parte del coloniaje. La
colonia española sabia muy bien que el nombre simboliza pertenencia a una nación,
a una cultura, a un lenguaje, por tanto, los nombres deberían ser los propios
de la “lengua madre”. Es probable que en algún momento de la colonización se
les haya prohibido a los indígenas ser
llamados con su nombre original. Es algo que debemos investigar.
Esta cuestión de la
españolización del nombre no se ha aplicado solamente con los pueblos
indígenas, conocemos el problema de los sefarditas o sefardies, cuando en
España los judíos tenían que negar su nombre bajo el imperio de Aragón y de
Castilla. Tenemos también en Paraguay, donde
muchas personas provenientes de los
países árabes tuvieron que cambiar su nombre y su apellido. Yo tengo un ejemplo muy cercano con mi tío
Felipe Mussi, proveniente de Ciudad de Alepo, quien tuvo que olvidar para
siempre su nombre auténtico: “Habid”. Su esposa, mi tía, le llamaba por ese
nombre.
Es sorprendente ver por
ejemplo, los apellidos de los integrantes del Pueblo Enxet de Paraguay, quienes
en su mayoría llevan los apellidos de sus patrones de las estancias. Ustedes podrán constatar entre ellos, apellidos
como Mac Dermot, Zavala, y otros apellidos de los estancieros y terratenientes de la zona. Es triste, pero es así. Tuvieron que inventar un
apellido por exigencia, ya que ellos tienen un solo nombre y no llevan nombres y apellidos como
nosotros.
Los ayoreo utilizan generalmente el apellido dominante de su clan. Así es que muchos de ellos llevan el apellido Picanerai. Los Aché se inscriben con apellidos originales, pero utilizan el nombre en español, como Margarita Mbiguangy. Es interesante que en los países escandinavos, se definían los nombres con el primero, seguido del trabajo u oficio de la persona, por ejemplo: De Jager es equivalente a "El Cazador"
Los ayoreo utilizan generalmente el apellido dominante de su clan. Así es que muchos de ellos llevan el apellido Picanerai. Los Aché se inscriben con apellidos originales, pero utilizan el nombre en español, como Margarita Mbiguangy. Es interesante que en los países escandinavos, se definían los nombres con el primero, seguido del trabajo u oficio de la persona, por ejemplo: De Jager es equivalente a "El Cazador"
Tal es la importancia del tema, que el Código
Civil concede el derecho de cambiar de
nombre, si el portador o portadora no están conformes con llevarlo. Sin embargo, aun queda mucho por hacer, ya
que es difícil cambiar la historia.
Imaginen que el MERCOSUR ha adoptado, hace apenas un año, una importante Declaración sobre la inscripción de los niños y niñas en el Registro Civil de las Personas, pero en ningún párrafo se puede leer la recomendación sobe la opción de inscribirse con sus nombres de origen, como una opción. Lo leí completamente, y quedé francamente sorprendida. Sin bien no lo prohíbe, podría haber dispuesto explícitamente este aspecto tan interesante de la identidad cultural de los pueblos indígenas, cual es su nombre, y el derecho de los niños y niñas indigenas a ser inscriptos en el Registro Civil de las Personas con el nombre original como opción.
Imaginen que el MERCOSUR ha adoptado, hace apenas un año, una importante Declaración sobre la inscripción de los niños y niñas en el Registro Civil de las Personas, pero en ningún párrafo se puede leer la recomendación sobe la opción de inscribirse con sus nombres de origen, como una opción. Lo leí completamente, y quedé francamente sorprendida. Sin bien no lo prohíbe, podría haber dispuesto explícitamente este aspecto tan interesante de la identidad cultural de los pueblos indígenas, cual es su nombre, y el derecho de los niños y niñas indigenas a ser inscriptos en el Registro Civil de las Personas con el nombre original como opción.
Asunción, agosto 5 de
2020
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